Llevo en el deporte toda la vida, en sus inicios como deportista y los últimos 18 años como entrenador de ciclismo, triatlón… En esto años me he cansado de escuchar frases como: «quedate con el nombre de este chico que va a ser una promesa del ciclismo», «el futuro es de este chaval, mira como arrasa en la categoría junior», «ufff si con 13 años ya hace esto cuando sea mayor…», etc, etc,…
La intención de este artículo es orientar en la medida de lo posible a los entrenadores y también a los padres que quieren tener a campeones en casa, con el objetivo de realizar el paso de un año a otro de la manera más adecuada posible y con ello algún día poder dar el paso al añorado mundo del profesionalismo.
Veo caso de ciclistas con 10-12 años ya se les mente entrenamientos de 80 km… y no de manera puntual sino de manera constante. Compiten en carreras que no llegan ni a la hora, ¿qué necesidad se tiene? ninguna. La pena es que de manera inconsciente se están cargando el futuro de ese deportista ya sea por el propio ego del entrenador, de los padres, del equipo en el que corren que desde chico buscan el ganar para hacer publicidad, por la propia ansia del ciclista que no hay quien lo pare… Pero en este caso es donde debe de plantarse el entrenador, dejar de lado los resultados y centrarse en crear una buena base al deportista contando con la colaboración de los padres para saber frenar el impetu del deportista y en su caso si hace falta del entrenador. Pero hay padres que aquí fallan, mola mucho tener a un campeón en casa, mola mucho sentirse protagonistas cuando van a las carreras sabiendo que tu hijo es de los buenos… aun recuerdo en la carrera, concretamente en sociología cuando estudiábamos estos casos y por culpa de los padres los niños terminaban fracasando. Creo que los entrenadores deben de dedicar dentro del entrenamiento de un deportista de escuelas o infantil un tiempo a enseñar a los padres como gestionar la parte deportiva de sus hijos, porque aunque los padres crean que saben lo que mejor les viene a sus hijos, en muchas ocasiones se equivocan.
A continuación vamos a detallar como debería ser la preparación física del ciclista a su paso por la diferentes categorías
Infantil
Lo principal en esta etapa, es el disfrute del joven ciclista con el deporte. Deben de practicar todo tipo de deportes, pudiendo así alcanzar un gran desarrollo multilateral. Más concretamente en el ciclismo, sería muy conveniente la práctica de todas las modalidades existentes en este apasionado deporte (pista, ciclo-cross, BTT, trial sin, …..). De esta manera favoreceremos a que el deportista conozca con mayor facilidad su cuerpo y obtenga un gran dominio sobre la bicicleta.
Tenemos que hacer mucho hincapié en canalizar las ansias competitivas naturales en estas edades, valorando más la calidad de la ejecución y el esfuerzo puesto en el desarrollo de la actividad que la eficacia final de la misma.
En este categoría tienen la edad idónea para fomentar los valores colaterales, como la creación de hábitos físicos y sociales saludables, conocimiento de reglas útiles para las actividades cotidianas (normas de tráfico, …). Los valores adquiridos en edades tempranas se implantan especialmente en los patrones esenciales del sujeto adulto.
Las sesiones deben de ser entretenidas, predominando el volumen sobre la intensidad. Con el objetivo de favorecer a una buena recuperación, intercalaremos los ejercicios con pausas adecuadas.
El futuro ciclista no debe de realizar más de 10 competiciones.
Cadete
El trabajo tenemos que orientarlo hacia el desarrollo de la base biológica. A estas edades es cuando comienza a desarrollarse en mayor medida las capacidades cardiorrespiratorias. En los entrenamientos tiene que predominar en gran medida el carácter aeróbico y así potenciar el desarrollo del corazón y la capacidad pulmonar.
Por lo que hemos podido comprobar, la mayoría de los entrenadores son reticentes a introducir en sus planificaciones ciertos niveles de volumen, pensando que con ello vamos a perjudicar al deportista. Las últimas investigaciones muestran todo lo contrario. El problema surgía porque los estudios realizados en el pasado se metía mucho volumen, acompañado de mucha intensidad. Los últimos estudios se han realizado con una metodología tan básica como la realización de grandes volúmenes de entrenamiento (adaptados a la edad) y muy poco intensidad, obteniendo resultados mas que satisfactorios. Aun se tiene mucho que investigar en este campo, pero la hipótesis de que el rendimiento de los grandes deportistas africanos pueda venir determinado en gran medida por este tipo de entrenamiento, hace que los fisiólogos del ejercicios sigan investigando al respecto. Es por todos sabido, que los keniatas desde tempranas edades comienzan a realizar grandes volúmenes de entrenamientos para así poder ir a la escuela. Cuando realizan estos desplazamientos no van a tope, sino a un ritmo crucero, que si lo extrapolamos al argot de la fisiología del ejercicio diríamos que está corriendo a primer umbral (VT1, umbral aeróbico, ….). Por este motivo, no nos gustaría que el lector mal interpretase el párrafo y piense que hay que entrenar muy fuerte.
No podemos olvidar el entrenamiento de calidad. Como todo en la vida hay que hacerlo en su justa medida y no podemos dejar a un lado el entrenamiento de series y centrarnos sólo y exclusivamente en el volumen. Las series, aparte de favorecer ciertos procesos fisiológicos, van a ayudar al deportista a engrosar las paredes del corazón y así complementar la hipertrofia que sufre dicho miembro a estas edades, evitando de esta manera posibles problemas cardiacos en el futuro, debido a la debilidad de dichas paredes. Cuando el deportista realiza ejercicios donde predomina el carácter aeróbico, está hipertrofiando el volumen del corazón y haciendo que aumente su volumen sistólico (cantidad de sangre que sale del corazón en cada latido). Si no utilizamos las series para engrosar las paredes del corazón, estas no serán capaces de soportar la presión que sufren al realizar éste la sístole y la diástole.
Muchos entrenadores pecan de abusar de la intensidad durante los entrenamientos. Con esto conseguiremos unos resultados muy, muy buenos a estas edades y en las venideras. Pero este tipo de planificación es pan para hoy y hambre para mañana, porque estamos forzando el proceso de desarrollo del deportista. Por regla general estos deportistas obtienen su pico de máximo rendimiento entre los 18-20 años de edad y su nivel de riesgo a lesiones a partir de los 18 años es muy alto.
El objetivo del entrenador a estas edades tempranas no es crear a un Campeón de España cadete, sino a moldear al futuro Campeón de España Élite UCI. En muy contadas ocasiones un Campeón de España ha destacado en el campo profesional y los que han sido Campeones a estas edades y han triunfado con el paso de los años, ha sido porque tienen unas grandes condiciones fisiológicas y a pesar de entrenar adecuadamente han sido capaces de rendir más que aquellos chavales que entrenaban mucho más que él. Este tipo de deportista en profesionales será un crack. Sin embargo son multitud de casos en la que deportistas que no triunfaron en las categorías inferiores si que triunfaron en el campo profesional.
Durante esta etapa el ciclista debe de seguir practicando todas las modalidades posibles dentro del ciclismo y poco a poco ir dejando a un lado el resto de deportes (fútbol, baloncesto, …), consiguiendo con ello un mayor aprendizaje técnico y una futura canalización del deportista. Si un ciclista nunca corre en pista no sabremos si puede valer para ello o no y así podemos perder un potencial campeón en una determinada disciplina.
La mayoría de los ciclistas, durante esta etapa, sufren un proceso hormonal que se conoce con el nombre de adolescencia. Durante este periodo, el cuerpo sufre grandes y rápidos cambios, lo que conlleva a una disminución del rendimiento, debido a que el deportista debe de adaptarse su “nuevo” cuerpo. Es muy importante que el preparador físico tenga especial paciencia con estos chicos y de esta manera no forzarlos más de la cuenta, intentando evitar la desmotivación. Son muchos los casos de deportistas que han sido rechazados por sus respectivos clubes por escaso rendimiento a estas edades y después han sido grandes deportistas de élite.
No se debería de abusar del número de competiciones a disputar. El deportista no debe de hacer más de 15-20 carreras al año y en ningún caso es aconsejable que realice dos días seguidos de competición.
Continuará…
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