Debido a la falta de tiempo, los deberes familiares – laborales, los agentes climatológicos… en muchas ocasiones no podemos salir de casa para poder dar rienda suelta a nuestra afición, el entrenamiento de ciclismo, el entrenamiento de triatlón,…
El objetivo de este artículo es dar unas nociones de entrenamiento para poder trabajar de la manera más eficiente posible y así no perder ni un día de entrenamiento de cara a nuestros objetivos principales.
Para poder realizar dicho entrenamiento es indispensable contar con el material adecuado. En la actualidad hay un gran abanico de posibilidades para poder elegir, el dinero no es una excusa. Los vamos a dividir en dos grupos, el “A” donde el uso de una bicicleta es fundamental para el entrenamiento y el “B” donde no es necesaria la presencia de nuestra bicicleta.
En el “A” podemos encontrar entre otros:
– Rodillo de tres rulos: Se basa en tres rulos colocados en paralelo y en horizontal, dos para la rueda trasera y uno para la delantera. La bicicleta no tiene ningún tipo de anclaje, siendo muy interesante para la gente que no tiene una técnica muy depurada a la hora de rodar. ¡OJO!, tenemos que tener paciencia hasta obtener un buen manejo del mismo, sino podemos tener alguna caída. Hoy en día los rulos disponen de un sistema para que sea más complicado salirse y así facilitar el uso del mismo.
– Rodillo convencional: El cierre de la rueda trasera se ancla sobre un sistema de presión que dispone el propio rodillo, quedando la bicicleta fijada con el único objetivo de crear en la rueda trasera una fricción mediante el rodillo que dispone la misma maquina, teniendo el ciclista que aplicar una fuerza para poder superar el rozamiento. La intensidad se regula con el uso del cambio de la propia bicicleta.
– Rodillo con resistencia: El sistema de ajuste de la bicicleta es igual que en el anterior caso. La diferencia la encontramos a la hora de regular la intensidad. En el manillar podremos colocar una palanca o bien una consola desde la cual controlaremos la dureza del rodillo gracias al sistema magnético del que disponen.
– Computrainer: Se basa en el mismo sistema que el anterior, pero en esta ocasión el rodillo está compuesto por un sistema informático que se conecta a nuestro TV pudiendo utilizar recorridos diseñados e incluso participar en carreras con otros corredores,
En el “B” podemos encontrar entre otros:
– Bicicletas virtuales: Es un producto que incluye la propia bicicleta y consta de un ordenador con un potente software, pudiendo elegir diferentes tipos de etapas, las condiciones climatológicas de las mismas, desarrollos a utilizar, ……. creando así las condiciones más reales posibles. También podemos utilizarlo para entrenamiento en grupo.
– Bicicleta estática: Son las típicas bicicletas utilizadas en todos los gimnasios y que poseen diferentes programas de intensidades.
– Bici de spinning: Es la evolución de la bicicleta estática y un aparato en el cual podemos casi adquirir las misma posición que tenemos sobre nuestra bici de entrenamiento, siempre y cuando la regulación sea por un sistema milimetrado y no por puntos de anclaje
Muchos de los que estáis leyendo este artículo, habréis oído o leído algunas cosillas sobre este tipo de entrenamiento y seguro que no se os han escapado frases como “es malo hacer más de 1h seguida”, “el entrenar mucho en rodillo puede tener un cansancio psicológico” … Por estos antecedentes y antes de comenzar con lo que sería el entrenamiento puro y duro, vemos conveniente el dar una serie de consejos para conseguir que no se nos haga tan pesado y lo realicemos en las mejores condiciones posibles:
1º) Debemos de dejar alguna entrada de aire a la sala donde estemos realizando nuestra sesión, con el objetivo de que esté ventilada en todo momento y facilitar la refrigeración del cuerpo, de lo contrario alcanzaríamos una elevada temperatura corporal en poco tiempo dando lugar a una disminución de nuestro rendimiento. Algo muy adecuado sería colocar un pequeño ventilador a unos metros de nosotros creando así una corriente de aire para ayudar al enfriamiento del cuerpo mediante la evaporización del sudor.
2º) Para evitar los problemas explicados en el punto anterior tenemos que tener especial cuidado con la elección de la ropa, especialmente en invierno ya que tenemos la falsa percepción de que vamos a pasar frío. Al principio y hasta que calentemos puede ser que tengamos algo de fresco, pero en cuanto pedaleemos unos minutos romperemos a sudar, por lo que tendremos que ponernos alguna prenda que se quite de manera fácil y así no tengamos que interrumpir la sesión.
3º) Debido al aumento de temperatura y la dificultad para refrigerarnos el cuerpo del ciclista pierde mucho líquido, por lo que tenemos que beber más de lo normal, unos 500 ml cada media hora. Si la sesión va a durar más de treinta minutos es recomendable alternar un bote con sales y otro sin.
4º) Debemos de utilizar cualquier método para evitar el aburrimiento, ya sea música, la televisión, un libro… Uno de los problemas más grande es lo pesado que se nos hacen. Con los entrenamientos variados (series, fartlek,…) se nos hará más ameno, estaremos gran parte de la sesión pendientes del pulsómetro, del tiempo, de los desarrollos, de los watios o de cualquier variable que nos pueda ayudar a mejorar.
Continuará…
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