Los productos de herbolario tienen cada vez más presencia en nuestros botiquines, aunque muchos de ellos no cuentan con respaldo científico. La equinácea es una de las plantas que más popularidad ha ganado por sus supuestos beneficios frente a los resfriados. Sin embargo, un estudio señala que no es más eficaz que el placebo a la hora de mejorar los síntomas del catarro y reducir su duración.
El género botánico ‘Echinacea’ era muy utilizado por los indígenas norteamericanos como remedio para muchas enfermedades. A lo largo de la historia se ha empleado para tratar la escarlatina, la sífilis, la malaria o la difteria y, aunque su uso descendió tras la llegada de los antibióticos, hoy en día se sigue recomendando para combatir los catarros.
Este remedio herbal ha sido sometido a muchos estudios y «casi todos los ensayos clínicos mostraron un beneficio estadísticamente significativo o una tendencia hacia él», explican los autores en la revista ‘Annals of Internal Medicine‘. «Sin embargo, todos estaban financiados por fabricantes de estos productos y eran de calidad baja o moderada», añaden.
Por eso decidieron llevar a cabo esta investigación, en la que comprobaron los efectos de la equinácea frente a los de una sustancia inactiva y al no tratamiento en 719 participantes. Pero «la formulación no tuvo un efecto importante en el curso del catarro común», aseguran los autores, de la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU).
Aunque como aclara a ELMUNDO.es Concha Navarro, catedratica de Farmacología de la Universidad de Granada, «el amplio margen de edad de los participantes (entre 12 y 80 años) puede condicionar una diferencia en la respuesta al tratamiento». A su juicio, la respuesta a un tratamiento con equinácea es superior en pacientes con las defensas reducidas debido a que dicha hierba actúa en los procesos catarrales e infecciosos «mediante el aumento de la respuesta inmune, hecho que no podría ser apreciado en el caso de pacientes con unas defensas dentro del rango fisiológico».
Como reconocen los propios autores, «la tendencia va hacia el beneficio, con una reducción de medio día en la duración de un constipado o, aproximadamente, un descenso del 10% en su gravedad».
Sin evidencias claras de su utilidad para combatir los molestos catarros, que tienen un coste económico de 40.000 millones de dólares al año en EEUU (unos 30.000 millones de euros), «la elección de utilizar o no la equinácea para tratarlos debe estar guiada por las preferencias y los valores personales», concluye el trabajo.
Texto de Cristina de Martos «El Mundo»
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