Las temporadas cada vez son más largas debido al aumento de carreras que se ha sufrido en los últimos años, algunos incluso aun no habréis terminado. Que una temporada sea tan larga hace que la motivación sea un factor muy importante para no venrise abajo y dejar de trabajar como se debiera. Os dejamos un artículo para que de una manera muy sencilla sepáis un poquito sobre este factor.
Para que un corredor esté motivado hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales. En primer lugar la motivación básica competitiva (motivación general), donde trabajaremos aspectos como el nivel de compromiso, la dedicación, el interés y el espíritu de lucha. En segundo lugar una motivación más específica, que hace referencia al entrenamiento del día a día. La diferencia más clara entre estos dos tipos de motivaciones se encuentra en la consecución de objetivos. Mientras en la motivación general los objetivos son más competitivos (ser campeón de España, ser el número uno,…) en la motivación específica se buscan objetivos más cotidianos como puede ser el disfrute diario con el entrenamiento, el disfrutar compitiendo,… Para la obtención de los mayores beneficios se tienen que trabajar de forma paralela con estos dos tipos de motivación.
A continuación vamos a explicar la manera de trabajar con estas dos variables de motivación para que podáis aplicarlo de una manera cómoda.
Motivación básica competitiva
El preparador físico debe de tener una entrevista individual con el deportista para poder evaluar las necesidades e intereses. Se establecen objetivos que tiene que ser individuales, colectivos y objetivos. Hay que realizar un planteamiento y aceptación de los costes para luego evaluar la relación entre beneficios y costes. En último lugar y por ello no menos importante la implicación personal.
Motivación específica
Este tipo de motivación hace referencia al entrenamiento diario. El preparador físico al ser la persona encargada de diseñar las sesiones de entrenamiento tiene que intentar que éstas tengan unos contenidos interesantes para que el deportista se divierta. La progresión de ejercicios tiene que ser constante y en función del grado de adaptación del deportista para que puedan observar su progresión y el dominio. El preparador tiene que mostrar una actitud de buena disposición al igual que las personas que rodean al deportista en su día a día. Los objetivos a conseguir tienen que ser inmediatos y objetivos, y en último recordaros que no podéis olvidar los refuerzos positivos.
MOTIVACIÓN DURANTE EL ENTRENAMIENTO
Desde el punto de vista de la psicología el objetivo principal del entrenamiento es el conseguir la adherencia a las sesiones de entrenamiento. Para poder conseguirlo el preparador físico ocupa un papel fundamental al ser el encargado de diseñar y guiar la sesión. El trabajo principal a realizar consiste en reducir el absentismo, esto se conseguirá preparando sesiones en las que los deportistas se diviertan. Es imprescindible saber gestionar el tiempo del que se dispone, así podréis sacar el máximo partido a la sesión. Las sesiones tienen que estar formadas por ejercicios en los que se tengan que superar, evitando así el acomodamiento sólo conlleva la desmotivación. Los ejercicios incluidos en las sesiones tiene que ser lo más variado posible para no caer en la monotonía y animar a los deportistas a volver a la siguiente sesión, pensando en qué nuevo ejercicio realizarán.
A la hora de diseñar la sesión, además de tener en cuenta lo referido en el párrafo anterior hay que tener en cuenta la proximidad de la competición. Si la competición es lejana podemos incluir ejercicios que no sean dominados por el deportista para que vayan mejorando poco a poco. Pero si la competición es cercana tenemos que olvidarnos de plantear ejercicios que no sea capaz de realizar, de esta manera se verá incapaz de realizar las cosas bien y puede dar lugar a un descenso de la motivación. Cuando la competición está muy cercana lo que debéis de intenta es mantener la mayoría de las cualidades desarrolladas durante los periodos precedentes al competitivo, aunque si se pueden realizar ciertos ajustes, pero de manera muy controlada. En el periodo de preparación competitiva no se pueden cometer errores, el margen de corrección es muy pequeño.
Los problemas más comunes a la hora de afrontar la motivación en la planificación de los entrenamientos son:
– Dificultades extradeportivas: Como pueden ser el dejar una relación, la muerte de un familiar,…
– Cuando el deportista se encuentra lejos de sus competiciones principales.
– Los diferentes problemas que pueden surgir durante periodos de competición largos. Pueden ser diferencias con compañeros del mismo equipo o de otros, con el director, con jueces,…
– Dificultad en la realización de las tareas, tenemos que realizar ejercicios que se puedan ser realizados por varios compañeros. Si ninguno es capaz de realizar los ejercicios planificados lo verán como imposible.
– El entrenar con dolor, como puede ser el caso de algún deportista que esté lesionado y tenga que entrenar.
– El deportista no recibe refuerzos positivos ni de sus compañeros ni del entrenador.
– El conseguir malos resultados a pesar de realizar los entrenamientos correctamente. El preparador se tiene que ganar la confianza del deportista para que confié en él. No siempre hay que ganar y de las derrotas también se aprende.
MOTIVACIÓN DURANTE LA COMPETICIÓN
Se pueden dar dos tipos de motivación:
a) Por exceso: Se produce cuando el deportista tiene su atención reducidamente centrada en su deseo de obtener éxito, olvidando total o parcialmente lo que tiene que realizar para conseguir lo propuesto. Un ejemplo claro se puede observar cuando dos ciclistas van escapados y uno de ellos al verse superior al otro lanza el sprint antes de tiempo viéndose superado por su rival en los metros finales ya que éste ha sabido tener más paciencia y a su vez aprovecharse del trabajo de su rival. .
b) Por defecto: Se produce cuando la competición o es muy fácil o muy difícil. En el primer caso, como preparadores físicos, tenéis que actuar haciendo hincapié en la concentración de deportista que debe de centrarse en la ejecución de determinadas acciones para poder mejorar en facetas muy específicas. Un gran contrarrelojista que participa en una contrarreloj de bajo nivel, para motivarse podríamos utilizar una postura diferente sobre la bicicleta (la postura sería elegida basándonos en evidencias biomecánicas) para así comprobar si es eficiente, por lo que el corredor tendrá que salir a disputarla a tope y no le importará porque tendrá la motivación de probar una nueva postura. En el segundo caso, tendríamos que marcar objetivos personales alcanzables, como pueden ser el quedar en el top 10 en el Campeonato del Mundo de CRI si el corredor que va a participar es un corredor que el año anterior quedó en el puesto 16.
Dentro del apartado de competición vamos a incluir la valoración postcompetición, que es fundamental para el mantenimiento o mejora de la motivación. Para una correcta valoración nos tenemos que centrar en las emociones del deportista y no en las propias. Los distintos aspectos de la competición hay que valorarlos desde un punto de vista objetivo, comenzar lo antes posible la preparación de futuras competiciones y en último lugar proporcionar cualquier tipo de apoyo si fuese necesario.
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