Cuando practicamos deporte se sufren muchas lesiones musculares o articulares que hay veces que no las tomamos en cuenta y las dejamos pasar pensando que son debidas a no calentar lo suficiente o que pueden ser leves y ya se pasará. Pero la mayoría de las veces estas lesiones son más serias de lo que creemos.
Uno de los problemas más frecuentes que se producen al practicar deporte son los desgarros musculares.
De ahí que hoy te vayamos a explicar qué son estos desgarros musculares y cómo se producen. Pero sobre todo, cómo debemos tratarlos para no agravar mucho más el problema.
Los desgarros musculares, como su propio nombre indica, son lesiones producidas en el tejido muscular por rotura parcial o completa ocasionada por un fuerte impacto. Hay veces que no sólo se ven afectadas las fibras musculares, también pueden lesionarse el tejido conjuntivo.
¿Cuáles son los síntomas cuando se tiene un desgarro muscular?
Lo primero que notaremos será un dolor repentino, agudo y muy intenso en una zona concreta. Desde ese momento será muy doloroso cualquier movimiento con ese músculo.
Otro síntoma importante a destacar cuando se produce un desgarro muscular es la aparición de un hematoma en la zona dolorosa debido a la hemorragia interna del músculo.
¿Qué podemos hacer cuando ocurre un desgarro muscular?
- Lo primero es aplicar hielo en la zona donde se produce el dolor, si en ese momento no tenemos hielo a mano utilizaremos duchas frías o toallas empapadas de agua fría. Debemos mantener la zona lo más fría posible durante unos 15 minutos.
- Intentar mantener la zona inmovilizada con ayuda de un vendaje compresivo hasta llegar al hospital más cercano.
- Nunca debemos aplicar calor en la zona dolorida pues con ello aumentaríamos la hemorragia del desgarro muscular.
Si seguimos estas indicaciones y acudimos a un hospital al poco tiempo no tendremos problemas de posibles secuelas en el músculo.
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