El triatlón como todo el mundo sabe engloba a tres deportes, la natación, el ciclismo y la carrera a pie. Gracias a Dios el concepto del entrenamiento del triatlón ha ido evolucionando y poco a poco se le está dando más importancia al sector del ciclismo, sobre todo en larga distancia. Una vez que se cambió el reglamento y en los triatlones se podía ir a rueda el entrenamiento de la bici se vió relagado a un segundo plano y los triatletas sólo nadaban. El triatlón actual es otra historia y los mejores como Noya tiene un nivel de bici espectacular, aunque muchos triatletas su estilo de ir en bici, su manera de entrenar deja mucho que desear, pero se va por el buen camino
– Es muy utilizado como herramienta para acumular volumen y evitar un desgaste innecesario en articulaciones como tobillos, rodillas, hombros…
– Muy recomendado por su bajo impacto articular y muscular como entrenamiento regenerativo.
– Nos permite realizar entrenamiento de una intensidad media – alta durante un periodo de tiempo alto. Por el contrario ese mismo tipo de entrenamiento corriendo terminarían con una gran sobrecarga, dejando al deportista unos cuantos días KO para poder realizar algún otro entrenamiento de calidad e incluso en muchas ocasiones lesionando por el alto impacto articular en las rodillas. La natación tampoco nos dejaría realizar ese tipo de entrenamiento porque conllevaría una gran sobrecarga, principalmente en los hombros, sobreañadido al conocido hecho de que poner el corazón a tope en una piscina cuesta muchísimo.
– ¡OJO! No podemos olvidar que como metamos una sesión de bicicleta que supere las 4h (para un triatleta de un nivel medio o alto, los principiantes aún con menos tiempo ya se resentirían) a unas intensidad media – alta nos va a llevar un par de días el recuperarnos. El menor impacto no quiere decir que no tenga un desgaste fisiológico y que no nos vaya a pasar factura para posteriores entrenamientos.
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