Al igual que el atleta, puede que nunca haya pisado una piscina para mucho más que darse un chapuzón con los amigos o familiares. En la actualidad, es el que menos ventajas tiene, las carreras se ganan en la natación y en la carrera a pie, el segmento del ciclismo se utiliza básicamente para recuperar las energías perdidas en la natación y preparar al organismo para la carrera a pie. Es por ello que no es un deporte en el que los entrenadores fijen mucho su atención. El ciclista o el triatleta que quiera tener un punto más que el resto, tiene que darse cuenta de tal hecho y trabajar de una manera diferente. Un triatlón también se puede ganar sobre la bicicleta y sino fijaros en la carrera de Xavi Llobet en el I Campeonato Iberoamericano disputado el año pasado.
El que viene del ciclismo no necesita tanta cantidad de kilómetros a acumular como una triatleta procedente de otro deporte. Al principio de la temporada nos centraremos en la realización de volumen para ir sumando kilómetros y a medida que se acerquen las competiciones iremos disminuyendo el volumen para centrarnos en la intensidad. Tiene que ser el deporte en el que más centremos nuestro entrenamiento, lo que no quiere decir que sea el que mayor número de sesiones tenemos que realizar. Nos bastaría que realizar unas 3 – 4 sesiones a la semana para tener un buen rendimiento. Nuestro objetivo en el triatlón será el poder superar al mayor número de triatletas posible en la bicicleta, recuperar los depósitos de glucógeno que se han vaciado en la natación y poder llegar lo más descansado posible para la carrera a pie.
En la natación tendremos que realizar un trabajo a largo plazo y comenzar a prepararlo muy poco a poco. Comenzaremos con ejercicios de relajación en el agua para así evitar tensiones musculares y por lo tanto un mayor peso corporal, a la vez que realizaremos ejercicios de técnica para evitar viciar malos hábitos. Estos aspectos tenemos que dominarlos antes de comenzar a acumular volumen y seguidamente centrarnos en la intensidad. El aprender una correcta técnica nos va a llevar mucho tiempo y aunque pueda parecer que estamos perdiendo el tiempo con el paso de las semanas, os aseguramos que a largo plazo las ganancias son seguras. No debemos de centrarnos en ningún momento en el entrenamiento de la fuerza específica a no ser que dominemos ya la técnica de natación, de lo contrario acabaríamos lesionándonos. En seco deberíamos de trabajar como mínimo 3 días la semana ejercicios preventivos para los hombros, para ello podemos utilizar elásticos o pesas y trabajaremos los rotadores internos y externos, el pectoral y el dorsal. Al igual que para la carrera debemos de trabajar los músculos fijadores de la cadera. Tendremos que visitar la piscina un mínimo de 2 – 3 días y a medida que vayamos dominando el medio aumentaremos el número de días llegando a 6.
Para la carrera a pie, tendremos los mismo problemas que el deportista que procede de la natación, las musculatura del tobillo del ciclista no está suficientemente fuerte como para poder comenzar a correr sin tener grandes posibilidades de lesionarse. Aconsejamos leer los consejos que hemos escrito anteriormente para el nadador.
Continurá—
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