Uno de los fallos que se suelen cometer en una planificación es el no establecer objetivos realistas, lo que lleva a la frustración del deportista y el desánimo. En este artículo os ayudamos a poder foalizar todas vuestras energías hacia objetivos que sean difíciles de conseguir pero que con trabajo pueden ser realizados.
Técnicas para el establecimiento de objetivos
Para poder afrontar una correcta temporada es fundamental el establecimiento de unos objetivos alcanzables, de esta manera se puede dirigir la atención y dirección de los individuos, canalizando la energía del deportista y prolongando el esfuerzo en el tiempo.
Los objetivos a conseguir se tienen que establecer entre el deportista y el preparador. Estos objetivos tienen que ser alcanzables, pero no por eso tiene que ser objetivos sencillos, tienen que conllevar un grado de dificultad que exija un gran esfuerzo por parte del deportista. Los objetivos no siempre se basan en resultados, también se pueden establecer objetivos sobre tareas o ejecuciones. En último lugar hay que establecer el plazo para alcanzar el objetivo a corto (microciclos), medio (mesociclo) y largo plazo (macrociclo)
Destrezas individuales | Mejorar el tiempo de paso del km en una prueba de 5km en 5”/km.. |
Destrezas de equipo | Mejorar los relevos entre los miembros de un equipo de ciclismo. |
Forma física | Desplazar los umbrales de entrenamiento en una prueba de esfuerzo |
Disfrute | Realizar algo de turismo en las ciudades donde se compite. |
Destrezas psicológicas | Realizar la noche anterior a la competición una visualización de lo que puede acontecer en la carrera antes de dormir |
Ejemplos de áreas en las que se pueden establecer objetivos.
Principios básicos en el establecimiento de objetivos (Gould, 1993)
– Establecer objetivos específicos y no generales.
– Establecer objetivos difíciles pero realistas.
– Establecer objetivos a corto plazo (se pueden utilizar para conseguir los de a largo plazo).
– Establecer objetivos de ejecución y resultados.
– Establecer los objetivos por escrito (el deportista es más consciente de lo que consigue y si involucra más).
– Hay que tener en cuenta los diferentes tipos de personalidad.
– Favorecer el compromiso individual.
– Proporcionar apoyo a los objetivos.
– Evaluación de los objetivos.
Cuando establecemos objetivos podemos cometer diferentes errores, los más comunes son:
– Marcar objetivos los cuales son imposibles de alcanzar, pudiendo dar lugar a una disminución de la motivación.
– Marcar un número excesivo de objetivos, dispersando la atención del deportista.
– No adaptar los objetivos cuando no se están alcanzando. Si vemos que no se van a cumplir tenemos que adaptarlos para que de esta manera si se consigan. Hay que tener en cuenta que un objetivo se dice que no se puede conseguir cuando el deportista se ha esforzado al 100%.
– El no evaluar ni hacer un seguimiento. No sirve de nada el poner objetivos si no controlamos si se están realizando o no. En ocasiones no lo medimos por miedo al fracaso. Un claro ejemplo es cuando un atleta debería de tener un determinado peso antes de una competición importante pero no se quiere pesar porque piensa que no lo va a dar.
¿Cómo plantear un programa de objetivos?
1º Fijar los objetivos, tal cual se ha explicado anteriormente.
2º Crear un compromiso en el deportista, tenemos que hacer ver al deportista que el plantear estos objetivos van a mejorar su rendimiento final.
3º Tenéis que identificar los obstáculos a solventar. Si no existieran obstáculos sería innecesaria la creación de un programa.
4º Desarrollar un plan de acción, poner los objetivos de tareas.
5º Tener un feedback entre deportista y entrenador. Hay que comunicarle al deportista en que nivel se encuentra, indiferentemente de que este sea bueno o malo.
6º Evaluar tomando como referencia el punto de partida.
7º Refuerzo. Hay que estar continuamente reforzando las acciones y resultados óptimos y reprender las acciones incorrectas cuando corresponda. Los dos tipos de refuerzo tienen la misma importancia.
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