La muerte súbita de un atleta es un evento bastante raro que causa un marcado impacto emocional y social en el ámbito deportivo. Para el público en general, los atletas simbolizan el segmento más sano de nuestra sociedad y el colapso inesperado de uno de estos jóvenes tiene un profundo impacto. Ante el dramatismo de esta eventualidad, su prevención representa un importante objetivo para la medicina del deporte. En tal sentido los responsables sanitarios han asumido que se pueden identificar los atletas a riesgo y por lo tanto prevenir los casos de muerte súbita. Esta posibilidad es real en atletas que tienen problemas cardíacos subyacentes, ya que se puede restringir su participación deportiva eliminando el riesgo de muerte súbita.
¿Participar o no Participar?
Diversos grupos científicos han diseñado y publicado lineamientos para detectar y prohibir a los atletas con riesgo la participación en actividades deportivas. Si bien esta estrategia ha demostrado ser capaz de prevenir una parte de los casos de muerte súbita, las evidencias clínicas y anatomopatológicas indican que no todas las enfermedades subyacentes pueden ser detectadas a través de la evaluación médica pre-competitiva por lo que se debería pensar otras posibilidades sobre todo para su tratamiento. Una de ellas es la ejecución de los procedimientos de asistencia de la cadena de vida una vez que surge un incidente de colapso de un atleta. Estos incluyen la comunicación rápida con los servicios médicos de emergencia y las técnicas de resucitación cardio-pulmonar incluyendo la defibrilación (defibriladores portátiles automáticos de fácil uso), por parte del personal técnico que se encuentra alrededor del atleta, que en la mayoría de las ocasiones son los entrenadores y preparadores físicos.
Causas e INCIDENCIA de la Muerte Subita
La muerte súbita por enfermedades cardiovasculares en atletas es bastante rara, afectando cerca de 1 en 200,000 atletas jóvenes por año académico y siendo mayor en varones ( Básquet, fútbol, corredores) en el orden de 1 por cada 15,000 a 20,000 participantes. Diversos estudios indican que la muerte súbita ocurre mas en hombres, Afroamericanos y en deportes de alta intensidad. No existe una explicación clara para esta tendencia, pero puede reflejar la intensidad del esfuerzo y las influencias raciales sobre ciertas anormalidades cardiovasculares. La mayoría de estos eventos pueden ocurrir durante o inmediatamente después del entrenamiento y la competencia.
Las mayor parte de las muertes súbitas (alrededor de 80%) ocurren en atletas jóvenes (Menores de 30 años) por problemas cardiacos. Algunos de éstos son: enfermedades del músculo cardíaco (cardiomiopatía hipertrófica), por anomalías congénitas de las arterias coronarias, por la ruptura de la arteria aorta por trastornos de su pared (Síndrome de Marfan) y alteración de la válvula aórtica (estrechez). Reconociendo estas causas de muerte súbita, ¿Se puede prevenir el que ocurra durante el ejercicio? La estrategia lógica para reducir la incidencia de este problema, es reconocer a los atletas con riesgo a desarrollar esta patología. En tal sentido pudiese jugar un rol importante la evaluación médica pre-competitiva.
¿SE PUEDE EVITAR?
La evaluación medica pre-competitiva no es capaz de detectar todas las posibles patologías cardiacas que determinan la muerte súbita en el atleta. La evidencia clínica indica que los problemas de aneurismas de la arteria aorta y la estenosis de la válvula aórtica son relativamente fáciles de sospechar y de diagnosticar. Diferentes son los casos de la cardiomiopatía hipertrófica que tiene síntomas variables y que en algunos casos se parecen a las adaptaciones determinadas por el ejercicio físico requiriéndose medios sofisticados y caros de diagnostico, así como las anomalías de las coronarias que pueden ser totalmente asintomáticas y solo manifestarse a través de la muerte súbita.
Un cierto porcentaje de los atletas a riesgo de sufrir muerte súbita no puede ser diagnosticado como tal y su única manifestación clínica será el paro cardiorrespiratorio. Es importante que todos los miembros de los equipos deportivos incluyendo a los entrenadores estén preparados para la practica de técnicas de resucitación cardio-pulmonar (RCP) en todos sus componentes (masaje cardiaco, ventilación y defibrilación). Se ha sugerido la disponibilidad de defibriladores externos automáticos durante los eventos deportivos. Esta propuesta se basa en la suposición de que la muerte súbita casi siempre se asocia a fibrilación ventricular que puede ser revertida por los mismos y que este equipo puede ser utilizado por personal no médico.
PUNTOS PARA RECORDAR
El riesgo de muerte súbita en atletas aparentemente sanos es bastante bajo.
Existen cuatro principales anomalías cardiovasculares relacionadas a los casos de muerte súbita en los atletas: la cardiomiopatía hipertrófica (corazón anormalmente grande), anomalías de las arterias coronarias ( congénitas), el aneurisma disecante de la aorta (ruptura de la pared de la arteria aorta por alteración de la pared) y la estenosis congénita de la válvula aórtica.
La evaluación médica precompetitiva puede detectar el aneurisma en el caso del síndrome de Marfan y la estenosis valvular aórtica. Los atletas con cardiomiopatía hipertrófica o anomalías de las arterias coronarias pueden presentar un historial de dolor precordial o falta de aire. Sin embargo, estas últimas dos condiciones pueden ser indetectables
Debido a que la muerte súbita en el atleta esta dada por un paro cardio-respiratorio, todo los miembros de los equipos deportivos deberían estar preparados para practicar técnicas de resucitación cardio-pulmonar en todas sus fases.
Comentarios recientes