Ayer sábado se pudo leer en el diario MARCA que Lance Armstrong figura al frente de la nómina de deportistas más antideportivos del año publicada por la revista Sports Illustrated.
Por fin le dan un título acorde con lo que ha sido. Es una pena que un deportistas con las cualidades que el tiene y tenía termine así. Pero cada uno es dueño de sus destino. El Tejano jugó a ser Dios y por un momento lo consiguió. Se cameló a la UCI, al propio presidente de la República Francesa,… y mil favores más con el fin de ir haciendo de su nombre un mito. Se retiró y quiso volver para demostrar que él era el autñentico campeón del Tour y aun así quedó en una grandísima 3ª posición. Se pasó al triatlón y desde mi punto de vista se convirtió en uno de los mejores del mundo y no dudo que si hubiera ido a Hawaii casi seguro que consiguiera un Top 10 como mínimo.
Hay un refrán que dice «la avaricia rompe el saco» y el tejano ha sido muy abaricioso, tanto que le USADA rompió el saco y todo lo conseguido en su carrera deportiva se le ha caido por el camino en las últimas semanas. Actualmente el saco lo ha debido de coser y ya ha conseguido un nuevo trofeo, El Deportista más Antideportivo».