Vivimos en una sociedad donde se le ha perdido el miedo a las pruebas de larga distancia (pruebas de mas de 6h) y no sólo eso, sino que se ha producido un boom de este tipo de pruebas y hay deportistas que piensan que no hacen nada sino se apuntan a un par de Ironman al año, gente que se pone de retos trails de mas de 60 kms,… Lo que hace años era una locura se ha normalizado y la gente se apunta como si nada.
Aun recuerdo como a finales de los 90 con unos 20 años hablaba con gente mayor que yo y les decía que quería hacer una maratón y te decían que estabas loco, que para eso hay que tener una gran base, que podía probar con unos 27-28 años… y eso que llevaba toda la vida haciendo deporte. Ahora con 20 años la gente hace un ironman como si nada, se corren varias maratones al año…
El otro día leí un artículo del Doctor y Fisiólogo del Ejercicios J.L. Chicarro que describe muy bien lo que puede suceder, algo que yo comparto bastante con él. Os dejo el artículo:
Hasta la fecha se han publicado diferentes estudios que han mostrado la elevación transitoria de marcadores de daño cardiaco en diferentes modalidades de ejercicio, aunque ninguno de ellos ha llegado a evidenciar lesión, disfunción o alteración permanente. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Da Ponte y col, 2017; Res Sports Med 23: 1-12) cuyo objetivo fue evaluar cambios en los niveles de troponina cardiaca I (cTnI) y de biomarcadores de daño en fibras musculares esqueléticas después de finalizar una maratón cuesta arriba. 22 corredores finalizaron la “Supermaratona dell’Etna” (43 km, 0-2850 m ascenso positivo). Los resultados al finalizar la carrera mostraron un aumento significativo de los niveles de cTnI (~900%), con un 50% de las muestras en valores superiores al rango considerado normal. Los niveles de creatinina y cortisol aumentaron significativamente post-carrera, mientras que la proteína C reactiva no modificó sus valores. Los hallazgos mostraron un aumento de los biomarcadores de daño cardiaco, no observando relación de esos incrementos con ninguna variable fisiológica estudiada (IMC, VO2max, estado de entrenamiento, experiencia en carrera).
Ya he comentado en bastantes ocasiones que como médico no me parece que la ultradistancia en cualquier modalidad deportiva sea la mejor forma de asociarse a la salud, por lo que mi recomendación como médico sería no realizar ese tipo de pruebas deportivas. Sin embargo, como médico deportivo y como fisiólogo del ejercicio, me interesan las respuestas y adaptaciones diferenciales asociadas a estas modalidades deportivas y trato de ofrecer el mejor apoyo y seguimiento a estos meritorios y admirados deportistas. No obstante, las continuas muestras de alteraciones “transitorias” estructurales y/o funcionales cardiacas no me dejan nada tranquilo. Cada vez son más frecuentes los diagnósticos de fibrilación auricular asociada a deportes de ultrarresistencia, especialmente en atletas de cierta edad, lo que debería hacernos reflexionar sobre la conveniencia o no de abrazar con tanto entusiasmo estas duras pruebas que en ocasiones rayan casi la supervivencia. Sigamos atentos a futuros estudios.
Fuente: Fisiologiadelejercicio.com
Uno de los problemas que yo como entrenador detecto es que la gente quiere correr una prueba de larga distancia pero sin entrenar lo que se debe, es decir, tengo a gente que quiere hacer un IM que saben que van a tardar unas 12h pero se sorprenden cuando en cargas de máximo volumen les metes entrenes de más de 8h y te dicen «¿pero eso no será mucho?» y como yo les digo «¿no es mucho correr un IM?» el cuerpor hay que acondicionarlo al trabajo que luego le vamos a exigir en competición para poder crear todas las adaptaciones que sean necesarias.
Yo tengo claro que el cuerpo humano está creado para hacer ejercicio, pero no para que le generemos ese exceso de ejercicio al que muchos están sometiendo el cuerpo que antes o después creo que les pasará factura con lesiones de diferente índole.
Comentarios recientes