Para los que no les conozcáis Antón Ruanova es un triatleta internacional y de los que apuntan mejores manera a nivel nacional. Su constancia es una de sus grandes virtudes. Su palamarés dice mucho de la calidad de este deportista, subcampeón del España de triatlón olímpico en Pulpí (2010), Subcampeón de la ITU African Cup Larache (2011), 14º ITU World Cup Banyoles ( 2012) y el pasado fin de semana se hizo conla victoria en en el III Triatlón Internacional de las Islas Azores
- Si he terminado porque no había más pruebas, casi a mi pesar: 3-4 semanas puede ser un tiempo suficiente. Es tiempo de apenas marcarme reglas, de sentirme libre de hacer tantas cosas que habitualmente no puedo. Eso sí, yo nunca paro de todo. Intento estar entre «5-1» y «2-1» (como mínimo una sesión tras cinco días parado y como máximo una sesión tras dos días de descanso) Descanso activo que me ayudará a no perder todas las adaptaciones que hemos ganado tras meses de entrenamiento, y además no costará tanto la vuelta a la rutina. Pretendemos descansar así que solo hago lo que me pida el cuerpo en ese momento. Una sesión nunca es más de 1000-1500m de agua fácil, un paseo de 1h30´ en bici o un trote de 40´ ¿Un pequeño secreto? El gimnasio no lo abandono en todo el año. Un par de sesiones a la semana, incluso en esta época, me ayuda a no perder mucha masa muscular mientras sigo regenerando.
- Si no veía la hora de poner punto y final a la temporada: me olvido de marcarme fechas. La regla de la triple D: Descansar-Disfrutar-Desconectar. Tiempo de escuchar a nuestro cuerpo. Que nada suponga un esfuerzo. Puedo seguir la regla «5-1» y «2-1», pero sesiones cortas y que realmente me las pida el cuerpo. ¿Un consejo? No tengas miedo a parar demasiado tiempo. No debes de iniciar tu plan de entrenamiento hasta que tu cuerpo, pero sobre todo tu cabeza, quiera volver a pensar en esfuerzos o sacrificios. Ese momento ha de llegar solo. Yo, tras la larga temporada 2010, estuve hasta enero sin
imponerme nada. Dos meses y medio sintiendo que no hacía nada más que lo que me pedía el cuerpo, sin reglas ni obligaciones. Dos meses y medio que, al ser de descanso activo, me posibilitaron volver a empezar conservando muchas adaptaciones y, sobre todo, cumpliendo el objetivo mayor: comenzar con los depósitos a rebosar de energía y nuevas ilusiones.
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