Vivimos unas de las mayores crisis de los últimos 100 años por no decir la mayor crisis. Para poder sobrevivir las familias, empresas, gobierno, federaciones,… esán teniendo que reinventarse para poder sobrevivir. Desde que llevo en el mundo del deporte he pasado por varias federaciones y de todas ellas tengo que quedarme con la Federación de Triatlón de la Comunidad Valenciana (que me perdone el resto). Es una Federación con una capacidad de reinventarse tremenda, una gestión espectacular, comenzó de la nada y ahora es el referente nacional dentro del mundo del triatlón. Arturo Navarro Buendía, uno de los pioneros del triatlón en España podríamos decir que ha sido el padre de este proyecto siendo el Secretario General. La mayoría de la gente no lo sabe, pero gracias a la apuesta que hizo en su día, la formación que se ha encagardo de recibir para progresasprofesionalmente, sus ideas, buen hacer… ha conseguido que sea una potencia ofreciendo una calidad que no todas son capaces de dar. Le hemos pedido que nos de algunas de las claves para poder luchar en los tiempos que corren contra esta crisis.
De esta crisis no es ajena el mundo del deporte, y de éste, menos aún el de las Federaciones Deportivas. Recientemente asistí a unas jornadas organizadas por el Comité Olímpico Español sobre el “futuro del deporte federado”. Fue precisamente ese título el que me dio la pista sobre algunas cosas que entiendo debieran cambiar en el ámbito de las Federaciones Deportivas. Es un error el definir la “misión” de una Federación como la de asistir o mediar en el ámbito del deporte federado; solo federado, en la que hablamos fundamentalmente de competición y rendimiento. Todos sabemos que el perfil de la sociedad española “deportiva” es de todo menos amante de la competición, el stress y la mejora del rendimiento. Salvo las estructuras deportivas en torno a centros deportivos de todos conocidos donde el “culto al cuerpo” puede llegar a tener tintes de “rendimiento”, el deporte en esta segunda década del siglo va más por el aprovechamiento del ocio y el tiempo libre. En ese “puzle” encaja perfectamente el triatlón. Como responsable de gestión de una Federación Territorial de un deporte abierto a los espacios “abiertos”, a priori pudiera resultar fácil el aprovechar esas sinergias. Pero no es suficiente. La superación de las dificultades económicas y la salida del “ostracismo” general en el que se mueven una gran mayoría de dirigentes deportivos; muchos de los cuales ya han quedado fuera de los círculos de clientelismo que, afortunada o desgraciadamente, fomentaban la gestión de las subvenciones públicas, exigen mucha más imaginación. En la Federacion Valenciana, principalmente desde el año 2005, se establecieron 4 ejes sobre los que debiera de pivotar la política deportiva del deporte sobre el que establece su bandera: el apoyo a clubes y organizadores (y por ende, a los deportistas), la búsqueda de nuevas fuentes de financiación, la formación de sus cuadros dirigentes y estructuras federativas buscando su profesionalización y, quizá el punto más importante, el establecimiento de “puentes” con ámbitos no convencionales fuera del ámbito del deporte federado tal y como lo conocemos.
Dicho así, puede parecer sencillo y así debiera ser para dar el mejor servicio a todos los interlocutores que se relacionan con el deporte del triatlón en la C. Valenciana e incluso fuera de ella. Centrándonos en el último punto, podemos hablar de los convenios de colaboración con universidades para el fomento del triatlón universitario y la formación de esenciales cuadros técnicos; la irrupción en el deporte escolar copando el espacio del “multideporte” para hacer una verdadera bandera de la débil especialización deportiva de las categorías inferiores en aras de la permanencia en éste deporte y la perduración de la propia práctica deportiva; el fomento del deporte para todos facilitando la popularidad del triatlón, no sin entrar en la necesaria prevención de la salud y mejora de la asistencia deportiva de profesionales federativos y técnicos de los clubes para lograr un crecimiento sostenido y sostenible, que perdure en el tiempo más allá de una moda pasajera. En definitiva, el hecho de “salir” del mero ámbito del de deportista federado convencional permite diversificar y nutrir otras facetas que, en última instancia, general un movimiento económico hacia la propia Federación.
Para concluir, no puedo dejar de indicar que la creación de un departamento específico de gestión de las relaciones externas, con competencias en materia de compras y gestión de patrocinios ha sido uno de los mejores aciertos para poder logar una fuente extra de financiación (y ahorro) que, al mismo tiempo, está favoreciendo el logro de mejores precios y gestión para clubes y organizadores hacia la mejora de sus estructuras y proyectos organizativos. Todos esos beneficios están ya mismo redundando en los deportistas, valedores de nuestra razón de ser y por quienes hemos de trabajar en todo momento.
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