En la sociedad actual, las enfermedades coronarias son las más frecuentes entre los adultos (34,5%) y entre éstas la hipertensión es la más común (20-23% en España y a partir de los 65 años, un 30%), dando lugar a un mayor riesgo en la aparición de lesiones vasculares en el sistema nervioso central y riñón, mayor riesgo de fracaso cardiaco y renal, y de cardiopatía isquémica. En definitiva da lugar a una esperanza de vida más corta.
La hipertensión tiene lugar cuando los valores de tensión arterial sistólica y diastólica son superiores a 140 y 90 mm Hg.
En nuestro caso la práctica del triatlón, ciclismo… en general deportes de carácter aeróbico, son un remedio fenomenal ya que los ejercicios de carácter aeróbico son los más indicados para este tipo de patologías. Antes de comenzar los entrenamientos es recomendable que nos realicemos una prueba de esfuerzo para así poder marcar los niveles a los que vamos a entrenar. Estos niveles tienen que estar comprendidos entre el 40-70% del VO2Máx –volumen máximo de oxígeno que se alcanza en las pruebas de esfuerzo-. Se deben realizar como mínimo tres sesiones a la semana, con una duración comprendida entre 30-60 minutos intentando no provocar una gran contracción de la musculatura como es el pedalear con grandes desarrollos sobre la bicicleta o el correr por planos muy inclinados ya que esto daría lugar a una mayor contracción muscular haciendo que las arteria de las piernas se compriman en exceso y se produzca un aumento de la presión arterial.
Los deportistas que estén medicados tienen que tener en cuenta:
– Diuréticos: Hay que hidratarse bien antes, durante y después del ejercicio ya que con esta medicación se produce una eliminación de líquido y por lo tanto de sales pudiendo dar lugar a una deshidratación.
– Bloqueadores: Esta medicación hace que disminuya la frecuencia cardiaca y el volumen sistólico, por lo que no nos podemos guiar la 100% de las indicaciones del pulsómetro ya que las pulsaciones están distorsionadas, por lo que debemos de trabajar a menos pulsaciones de las idóneas alargando la vuelta a la calma al finalizar el ejercicio. Ejemplo: Si el 40% del VO2Máx corresponde con 140 pulsaciones habría que entrenar a unas 130.
Este tipo de entrenamiento produce una disminución media neta aproximada en las TAs / TAd de -5,3 / -4,8 mm Hg, mejora la cual desaparece al cesar el entrenamiento.
Pero estas mejoras se verán favorecidas si realizamos unos pequeños cambios en nuestro estilo de vida, como pueden ser:
– Disminuir el consumo de alcohol (no mas de 28,35 gr diarios), esto equivale a no más de una cerveza al día o no más de un dedo de whisky.
– Reducir la ingesta de Na –sal-, lo que equivaldría a tomar entre 2,3 – 6 gr al día.
– Llevar una dieta adecuada de k, Ca y Mg.
– Dejar de fumar.
– Dejar la ingestión de grasas saturadas.
Por último destacar que los hipertensos severos 200 / 110 mm Hg -estadio III y IV- no deben de realizar actividad física hasta que sus niveles de tensión arterial no hayan disminuido.
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