La idea de que a los deportistas de resistencia les viene bien “perder la forma” (o reducir temporalmente su estado de forma máxima) se basa en principios fisiológicos de adaptación y super compensación. Te explico por qué ocurre y cómo se aplica:
1º EL CUERPO NECESITA «BAJAR» PARA PODER VOLVER A SUBIR
Cuando un deportista se mantiene mucho tiempo en su pico de forma, su cuerpo está en un estado de alto estrés fisiológico:
Elevadas demandas metabólicas y hormonales
Menor capacidad de recuperación
Riesgo de sobreentrenamiento o estancamiento
En ese punto, ya no se mejora más, porque el cuerpo no tiene margen para adaptarse.
Entonces, “perder la forma” (bajar la carga y el nivel de rendimiento) permite que los sistemas (muscular, cardiovascular, nervioso, endocrino) se regeneren, y cuando se retoma el entrenamiento, la respuesta adaptativa vuelve a ser fuerte.
2º EL PRINCIPIO DE LA PERIODIZACIÓN
Los entrenadores de resistencia aplican esto en forma de macrociclos:
Periodo base: se trabaja volumen y técnica, con poca intensidad.
Periodo competitivo: se maximiza la intensidad, se busca el pico de forma.
Periodo de transición o descanso: se “pierde” parte de la forma para reconstruir desde una base más sólida.
Esa pérdida no es un retroceso, sino una inversión en la siguiente mejora.
3º ADAPTACIONES QUE SE REAFIRMAN CON EL DESCANSO ACTIVO
Cuando se baja la carga, el cuerpo:
Mejora la eficiencia mitocondrial y la densidad capilar.
Restaura niveles hormonales (testosterona, cortisol, tiroides).
Repara microlesiones musculares y articulares.
Recupera la motivación mental.
El resultado: al volver a entrenar, el deportista responde mejor al estímulo y supera su nivel anterior.
Para que te hagas una idea, “perder la forma” es una estrategia controlada, no un descuido. Es la clave del progreso a largo plazo, porque el cuerpo mejora a través del ciclo de carga–descanso–adaptación, no del esfuerzo continuo.
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