Llevo en el deporte toda la vida, especialmente en el triatlón y el ciclismo. En estos años e visto a muchas «promesas» de estos dos deportes que se han quedado en nada. Los pongo entre comillas porque no es que fueran promesas, sino que tenían un rendimiento mayor que el de sus compañeros no por cualidades genéticas, sino por estar fisiológicamente más desarrollados. La idea de este post es calrar estos dos conceptos
La edad cronológica se podría definir como el tiempo transcurrido desde que una persona nace, hasta el momento actual de vida. Sin embargo, la edad biológica nos indica una “edad” que hace referencia al desarrollo físico. Para que se entienda más fácilmente ponemos un ejemplo de un chico adolescente, que cronológicamente tiene 14 años, pero ya tiene rasgos de personas adultas, como pueden ser la barba en los hombres. Este chico biológicamente tendrá una edad de unos 17-18 años.
En la adolescencia tenemos que tener mucho cuidado a la hora de fijarnos en los chavales que obtienen los mejores tiempos o en los que consiguen los mejores resultados. Tenemos que ser cautos y analizar todo su físico y el de sus rivales. En el periodo que dura la adolescencia, no sólo hay que fijarse en los que ganan –que suelen ser los más desarrollados-, nos tendremos que fijar en los que ganan o están cerca de hacerlo y su grado de desarrollo biológico es más corto de lo normal. En una situación así estaremos ante un autentico talento deportivo, debido a que ante una situación fisiológica inferior que la mayoría de sus compañeros es capaz de ganarle.
Uno de los indicadores que se toman para establecer la edad biológica es la edad esquelética, obtenida mediante una radiografía de diferentes estructuras corporales. La aparición y la unión de distintos centros de osificación siguen unas pautas de comportamiento perfectamente definidas a lo largo de la vida. Según Taner (1979), si utilizamos este sistema tenemos que tener en cuenta:
– Del nacimiento hasta los 5 años: registro de la edad esquelética por la aparición de los centros de osificación.
– De los 5 a los 14 años: Registro de la edad esquelética por la penetración ósea de regiones cartilaginosas –sustitución de cartílago por tejido óseo-.
– De los 14-25 años: Registro de la edad esquelética por la unión entre la epífisis y la diáfisis.
Otro sistema de control sería el control de las hormonas que intervienen en la maduración sexual, pero es muy caro e invasivo.
Uno de los métodos más utilizado es la evolución de los caracteres sexuales primarios y secundarios. Para ello tendremos que observar el desarrollo de los órganos sexuales de los chicos. El primer signo de llegada a la pubertad de los chicos suele ser una aceleración del crecimiento de testículos y escroto. También suele ir acompañado de aparición de vello en el pubis Cuándo este se hace más oscuro, rígido y rizado es cuando se determina que ha alcanzado la pubertad –también se utiliza con las chicas-.
El desarrollo de la mujer viene marcado por el crecimiento de los folículos ováricos. La hormona luteinizante determina la síntesis de estrógenos. Todos esto dará pie al crecimiento de los pechos, que es junto con el vello púbico uno de los síntomas más claros de analizar. La aparición de la menarquía es otro gran indicador de cuando se produce un punto de inflexión en el desarrollo de la mujer.
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