Cada vez los virus que provocan el resfriado o la gripe son más fuertes. No tenemos que dejar de hacer deporte, pero si debemos de bajar la intensidad. El ejercicio prolongado e intenso debilita el sistema inmunológico tanto por razones psicológicas como por razones fisiológicas. Esto se debe a que dichos programas de ejercicio incluyen una caída en la actividad de las células K y en los niveles de anticuerpos. La presión ejercida para soportarlos y lograr el triunfo produce estrés, que en cambio produce el aumento de los niveles de cortisol, una hormona conocida por disminuir la inmunidad.
Si tenemos una fiebre moderada además de tomar algún medicamento para disminuirla podemos hacer un entrene muy corto y moderado, no más de 15-20´ y nada más terminar una ducha para no coger frio.
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