Pablo le preguntaba a mi mujer “Papa ha ganado la maratón?” y ella contestó “si cariño, papa ha ganado».
Y así es la maratón, todos los que llegamos a la meta ganamos. Lo importante es terminar y culminar el reto de los 42 kilómetros, más todos los que corres y las horas que dedicas a preparar tu cuerpo para una prueba que te exige una enorme superación personal que como mínimo comienza tres meses antes de la carrera. Por todo eso, lo importante es terminar.
Y terminé. Más de 30 min que el año pasado pero terminé. Y estoy muy contento. Aunque para la siguiente cita espero confiarme menos, quitarme unos quilos de más, más abdominales en mis rutinas y seguir a raja tabla el plan de entrenamiento.
La maratón de Valencia no puede ser mejor. La entrada y la salida son desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias, un auténtico orgullo para los valencianos y una auténtica pasada para quienes hemos corrido de nuevo por la ciudad. La temperatura increíble, el sol intermitente para dar paso a unas nubes que en ningún momento restaron luz a la prueba. Todo el recorrido es plano, excepto el paso por los túneles y alguna calle con apenas desnivel. Dicen que es una de las maratones más rápidas del circuito internacional, aunque por 16 segundos el keniano Luka Kanda no ha podido batir el record de la prueba.
7:00 am. Desayuno habitual, cafe con tostadas. Todo preparado la noche antes, la ropa, los geles y el gps. Último vistazo al mapa del recorrido que da la organización al recoger el dorsal, gel de cafeína para el 10, dos normales para el 20 y 25, y dos de recuperación para el 30 y 35.
8:00 am. Vamos trotando hasta la salida. Son unos 15 min paseando sin parar de hablar del maratón del año pasado y de las previsiones del día. La verdad es que tenemos suerte, hace un día fantástico, incluso demasiado calor teniendo en cuenta que ayer una tormenta cruzó Valencia y la previsión era lluvia.
8:30 am. Foto de grupo, empiezo a notar los músculos un poco tensos de los nervios, así que estiro y me ajusto las zapatillas.
8:45 am. Vamos al cajón de salida. Nos ponemos al final de la salida. No me importa porque ahora con los chips siempre te dan el puesto real con tu tiempo aunque salgas con 7 minutos de diferencia. La salida es desde uno de los puentes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias y da a parar de manera inmediata con el antiguo cauce del río Turia. Para quién no conozca la ciudad el antiguo cauce ha sido reconvertido en el pulmón verde la ciudad que la cruza prácticamente en su totalidad con amplios y cuidados jardines, instalaciones deportivas y varios kilómetros de recorrido para salir a entrenar prácticamente desde cualquier punto de la ciudad.
9:00 am. Dan la salida. Miro el gps, doy unos saltitos. Hay que ir despacio durante los 10 primeros km, así que me repito mentalmente que hay que llegar los 21km como si nada.
10 km. Llegamos hablando sin parar. Sonriendo y saludando. Voy muy bien. Me tomo el gel de cafeína xq estaba en el plan, aunque no noto que lo necesito.
21 km. Me tomo el gel según el plan. Hemos pasado el ecuador de la carrera. Aquí debería ir más fresco y ya empiezo a sentir las piernas un poco cargadas. Quizás este año no me he preparado suficiente y me he confiado, pero ya estamos aquí y ahora, así que hay que continuar hasta el final. Cambio de plan, ya no voy a apretar a 5:30 como estaba previsto, voy intentar a mantener el ritmo en 5:45.
25 km. Me tomo el gel, creo que voy un poco mejor e intento subir el ritmo pero no lo consigo, así que asumo que este año entraré por encima de las 4h.
30 km. Intento recordar el cansancio del año pasado en esta parte del recorrido, pero no recuerdo tanto calor. Estoy deseando tomar el gel de los 30 y beber mucha agua.
33 km. Hace mucho calor y ahora los kilómetros son cada vez más largos. Veo a mi mujer y a mis hijos, esto es lo mejor de la carrera!!! y me gritan que voy el primero. Es increíble.
35 km. Me digo, «No queda nada». Siento el músculo de la pierna izq muy tenso. Aprovecho el avituallamiento para tomar el segundo gel de recuperación esperando un milagro. La excusa de beber agua es perfecta para andar un poco sin pensar que abandono. Pero los geles no suplen la falta de entrenamiento, ayudan pero no hacen milagros.
38 km. Tengo claro que hay que llegar y olvidarme del tiempo, así que bajo aún más el ritmo para intentar alargar las fuerzas.
40 km. Ya supero las 4:05h. Necesito llegar como sea, así que bajo más el ritmo a 6:30, ya voy casi andando.
41 km. A 6:30 cruzo el puente del Angel Custodio, está lleno de gente, ahora nadie anda, todo el mundo lo está dando todo. Empieza la bajada al viejo cauce del Turia para entrar en la zona de meta. Mi familia me vuelve a dar el último empujón.
42 km. La zona de llegada es impresionante, veo el reloj con 4:26. He terminado mi segunda Maratón con un tiempo real de 4:20. Al recoger la medalla pienso el los 3:54 del año pasado con cierta envidia de mí mismo, y lo primero que pienso es que nunca más volveré a correr una maratón sin hacer el plan de entrenamiento al 100%. Me tumbo en el suelo y cierro los ojos dos minutos, estoy muy cansado.
1:20 pm. Al volver a casa caminando me cruzo con gente que aún está llegando, más de 5 horas corriendo!!! entonces me doy cuenta que los verdaderos héroes son ellos.
2:20 pm. Ducha, paella y a contestar a todos los mensajes de la gente que ha corrido. Algunos han superado sus previsiones, otros han roto pero han llegado aunque sea arrastrándose, y los más felices son sin lugar a dudas quienes terminan su primera maratón. Enhorabuena a todos.
Dos días después. Es curioso como es más fácil subir una escalera que bajarla. :))
Muchas gracias por compartir el diario de esas cuatro horas de sufrimiento y sacrificio. Está tan bien narrado que he podido entender las emociones y los sentimientos que este deporte despierta en tantos aficionados. Tanto tú, como los que llegaron antes o después, sois dignos de admiración; todos tenéis en común esa fuerza de voluntad, que dicen, es necesaria para mover montañas, para luchar contra miedos y frustraciones, y conquistar nuevas metas. Todo el proceso, desde que te calzas las zapatillas hasta que cruzas la meta, es un triunfo. No hay Muro que pueda contra esa ilusión. Una carrera sólo la pierden los que no se atreven a hacerla. Efectivamente “si cariño, papa ha ganado”.