De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la menopausia es un evento biológico espontáneo y natural, referente a un período final del ciclo de desarrollo femenino en cuanto a la capacidad reproductiva. Pero para las mujeres, la menopausia representa una experiencia mucho más compleja que la definición dada por OMS.
Desde un punto de vista físico, el cuerpo puede sufrir modificaciones severas como la pérdida del tejido óseo que puede causar osteoporosis, el aumento de peso, la presión sanguínea y los niveles de colesterol que pueden provocar enfermedades cardíacas.
¿Se pueden evitar los síntomas de la menopausia?
Algunos estudios han comprobado los beneficios de los ejercicios físicos para la salud y el bienestar de las mujeres durante la menopausia, por ayudar a controlar el peso y los niveles de grasa corporal.
Una dieta baja en calorías también podría ayudar a reducir los efectos negativos de esta fase sobre el cuerpo. A partir de los 40 años, el metabolismo se ralentiza y disminuye la necesidad de calorías, por lo que es importante controlar lo que se come porque el consumo excesivo puede significar más kilos que antes de la menopausia.
Un estudio experimental realizado por investigadores españoles, y publicado en la Revista Andaluza de Medicina del Deporte, reveló que la combinación de la práctica de ejercicios físicos aeróbicos y de fuerza durante 6 semanas, junto a una dieta hipocalórica, produjo mejoras significativas en un grupo de mujeres con menopausia.
A pesar de la pequeña muestra (participaron 18 mujeres entre 46 y 62 años), el estudio puede indicar algunas formas de evitar los síntomas de la menopausia. En el programa de ejercicios, el grupo experimental realizó sesiones durante 3 días de la semana, con una duración de 70 minutos. Las sesiones se estructuraron en una fase de calentamiento, con una duración de 15 minutos, una parte principal con 40 minutos de ejercicios aerobios y de fuerza, con una música de fondo, y una fase final de alargamiento y relajación que duró 15 minutos.
Ya la dieta se estableció de forma individual a partir de las diferentes tallas, masas y edades de las participantes. Un nutricionista acompañó el experimento y estableció el gasto calórico diario para cada una de las mujeres, y en ninguna el consumo era inferior a 1450 kcal/día.
Después del experimento, los investigadores encontraron diferencias en la masa corporal, los niveles de grasa y los componentes musculares entre el grupo de control y el grupo que realizó el experimento. Una pequeña diferencia también se encontró con relación a la disminución del colesterol total y LDL, lo que representa disminución de riesgo de padecer de enfermedades cardiovasculares.
Fuente: http://fnbr.es/19z
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