La mayoría de los autores coinciden a la hora de afirmar que los rasgos de la personalidad de los deportistas son diferentes y específicos de cada modalidad deportiva. Desde la óptica del deporte, el temperamento o carácter, es el aspecto fundamental que marca el perfil de un deportista y su comportamiento durante la actividad. El temperamento lo constituyen los aspectos innatos vinculados con las motivaciones, las emociones, la actividad y la sociabilidad. Mientras que el carácter constituye el sello personal que se pone de manifiesto en la conducta del individuo.
González (1996), destaca los principales rasgos de la personalidad del deportista de máximo nivel:
– Decidir llegar a ser lo mejor posible.
– Determinación de ser un triunfador.
– Motivación y fuerza mental.
– Inteligencia.
– Concentración de la atención.
– Confianza en sí mismo.
– Capacidad de ser entrenado al máximo.
– Control emocional.
– Responsabilidad.
– Liderazgo.
Otro aspecto a considerar sería el entorno en el que se mueve el deportista. Las motivaciones esenciales para acercarse al deporte las crean los padres. Pero teneis que tener presente, que un gran abandono por parte de los deportistas jóvenes es motivado por la actuación de los padres a edades tempranas. Es fundamental que los padres conozcan con precisión cual deberá ser su función dentro de la formación deportiva de sus hijos. Algunas de las funciones de los padres deberían de ser:
– Favorecer la participación deportiva de sus hijos.
– Ayudar a sus hijos a que decidan como practicar deporte.
– Ayudar a la elección del tipo de deporte.
– Mostrar interés por las actividades deportivas de los hijos.
– Asegurarse de que sus hijos practiquen deporte de manera saludable.
– Ayudar en tareas logísticas del club o escuela deportiva.
Os proponemos algunos consejos que debéis como entrenadores hacer ver a los padres para así favorecer el desarrollo deportivo de los hijos.
– Aprender a controlar las propias emociones y favorecer emociones positivas en los hijos.
– Respetar el papel del entrenador.
– Tener paciencia y no buscar los resultados inmediatos.
– Mantener una buena comunicación con los hijos.
– Orientar al deportista en los aspectos que éste puede controlar.
En el entorno donde se mueve el deportista, no sólo os encontraréis con los padres y familiares, también existen los amigos (gran fuente de influencia, sobre todo en la pubertad). Es muy importante que esté grupo de amigos vean bien la actividad que está desarrollando el deportista o incluso practiquen deporte.
La etapa de la adolescencia es cuando se produce el mayor número de abandonos, motivados principalmente por el entorno en el que se mueve el deportista. Los chicos a estas edades comienzan a salir por las discotecas los fines de semana, realizan sus primeras barbacoas, mantienen las primeras relaciones sexuales,… Un adolescente que esté centrado en su deporte no puedo no pude seguir el mismo ritmo de vida que un adolescente típico. No pasa nada con que salgan algún día y llegar a las tantas a casa, pero no pueden tomar ese tipo de conducta como una costumbre porque les afectaría mucho al descanso y a la recuperación de los entrenamientos